Fuertemente influenciada por su experiencia como actriz, las pinturas figurativas de Julia son narrativas que exploran la psicología del individuo y la máscara social como un ocultamiento de las verdades psicológicas subyacentes.
Su pintura reciente se ha extendido desde retratos individuales hasta narrativas a gran escala. Ella compone ambientes donde los personajes se involucran en actos violentos mientras los espectadores apáticos son testigos de la macabra escena. En sus pinturas, Julia se ve a sí misma como una cineasta que compone narraciones a partir de imágenes de fuentes no relacionadas para desarrollar una escena dramática de gran maravilla.