En Summer Forms el artista expone seis series creadas entre 2017 y 2018, cinco de las cuales son tridimensionales. Su obra consiste en la reflexión, a través de diferentes técnicas, de los conceptos de paisaje y exotismo y su construcción cultural, así como de las fricciones que surgen entre el desarrollo económico y la ecología. Investigaciones que Laiz Placeres desarrolla en relación al turismo y el museo arqueológico, entre presente y pasado, activando un diálogo permanente entre el concepto y la realización formal de la pieza. En la serie Ídolo de Tara (2017), compuesta por 55 figuras de Tara en resina y plástico reciclado que el artista ha recogido de las playas de Lanzarote, el artista toma prestada la forma de la pieza de la imaginería prehispánica aborigen canaria, pero en un formato cercano al souvenir turístico. El diálogo entre el pasado y el presente se produce a colación de la realidad económica que impone el turismo como industria productiva y que activa nuevos significados y relaciones. Este mismo diálogo se da también en Ídolo de Zonzamas (2017), una sola obra compuesta por 50 figuras en resina y plástico reciclados de la figura prehispánica encontrada en el poblado de Zonzamas en Teguise, Lanzarote. Otra de las constantes en estas obras es la repetición. Es una estrategia que tiene sentido ya que funciona como reflejo en la producción masiva de formas y que tiene reminiscencias Minimalistas, aunque en este caso cada pieza presenta diferencias en cuanto que su contenido -el tipo y color del plástico- es siempre diferente.
Turismo y arqueología, presente y pasado, forman parte -tanto diacrónicamente como sincrónicamente- del paisaje canario. A la copia y la repetición como estrategias de producción, se les suman el mito y la fantasía, creadores de relatos imaginarios basados en los repositorios del museo arqueológico, como contribuyentes al identitario canario. Política Natural (2018) son tres esculturas de resina y áridos, de aspecto blanco óseo, compuestas por diferentes elementos de la imagen representativa -tópica- canaria que el artista ha vaciado a partir de los originales y ha ensamblado: el cráneo, el callao, el plátano, el erizo, la tunera y la botella de agua de plástico. Turismoceno (2018) son ocho cráneos de resina transparente cuyos interiores el artista ha rellenado con trozos de plástico de diversos colores que ha recogido de las playas de Lanzarote. Lava (2017) es una serigrafía sobre papel de aspecto psicodélico que representa un jardín de cactus -¿autóctonos?- con simetría axial a la manera de un test de Rorschach. Y por último, Micropaisajes (2017) son esculturas assemblage con souvenirs, piche, plástico, Porexpan, resina, esmalte, madera, conchas y cráneos de animales.