La infancia de Maribel Nazco transcurre en Los Llanos de Aridane, isla de La Palma, si bien su deseo de dedicarse a la pintura hace posible que se traslade a S/C de Tenerife y estudie en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, siendo algunos de sus profesores los pintores Mariano de Cossío, Álvaro Fariña y Pedro de Guezala. Algo más tarde se traslada a Madrid, donde obtendría el título de Profesora de Dibujo por la Escuela Central de Bellas Artes en 1963, teniendo como profesores a maestros de la talla de Eduardo Chicharro Briones, Enrique Lafuente Ferrari o Gregorio Toledo.
Sus inicios pictóricos están marcados por su adscripción al colectivo Nuestro Arte, que protagoniza la actividad cultural de Tenerife entre 1963 y 1966, con el propósito de renovar los lenguajes artísticos y literarios del momento. En 1966 Nazco recibe el Premio de Honor de la VII Exposición Regional de Pintura y Escultura; y en 1969, tras su participación en varias colectivas, el crítico Eduardo Westerdahl presenta su primera exposición individual. En la década de los setenta Nazco desarrolla una obra metálica y matérica que abre un notable horizonte de expectativas. En 1970 vuelve a exponer en el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife. Y ya en 1972 se exhibe en la Sala Joven del Ateneo de Madrid. También sería una de las artistas escogidas por la Sala Conca de La Laguna para su programación de 1972. Asimismo, participa en la colectiva Homenaje a Millares de la Galería Juana Mordó (1973).
Expone de forma individual en la madrileña galería de arte Ramón Durán (1974), en la bilbaína Aritza (1975) y en la catalana Sarrió (1975), recibiendo los elogios de la crítica especializada, de tal forma que el Carlos Areán la introduce dentro del concepto de la escultopintura española, y el crítico Gillo Dorfles la incluye en su monografía Últimas tendencias del arte de hoy. En 1975 recibe el Premio de Honor “Miguel Tarquis”, XVI Exposición Regional de Pintura y Escultura de Santa Cruz de Tenerife. En 1977 expone en la galería de arte de Las Palmas de Gran Canaria, Vegueta, y poco después, en 1977, vuelve a Madrid con una individual en el Centro Difusor de Arte Kandinsky. Este mismo Eduardo Westerdahl publica la monografía Nazco para la Colección de Artistas Españoles Contemporáneos. A estas se suman otras exposiciones de carácter individual, como las celebradas en las salas Boticelli (Gran Canaria, 1978), con un texto de Maud Bonneaud; en la galería de arte Joan de Serrallonga (Barcelona, 1979); y en la galería Leyendecker (Tenerife, 1979), además de otras muestras de carácter colectivo.
Obtiene su licenciatura en la Facultad de Bellas Artes de la ULL 16 de Junio de 1980, y el doctorado en Bellas Artes con la calificación CUM Laude el 30 de octubre de 1986, con una investigación sobre los procedimientos empleados en la aleación y experimentación con los metales. En 1989 obtiene la Catedrática en Procedimientos y Técnicas Pictóricas, en Facultad de Bellas Artes de la ULL, en donde asume varios cargos de responsabilidad, ejerciendo como Decana durante varios mandatos.
A partir de 1985 abandona los metales para dedicarse exclusivamente a la pintura. Ese mismo año expone en el Círculo de Bellas Artes de Tenerife, y en la década de los noventa renueva su quehacer pictórico con una obra presidida por sus controvertidos Iconos de la ciudad (1991) con los que desarrolla una obra que se nutre de la representación ilusoria de objetos metálicos, tratados ahora como naturalezas muertas urbanas. En 2012 TEA Tenerife Espacio de las Artes le dedica una retrospectiva, al cuidado del Conservador del centro, Isidro Hernández, quien firma igualmente la monografía publicada en 2018 para la colección de la BAC del Gobierno de Canarias. En 2021 le es otorgado el Premio Canarias de Bellas Artes.
Distintas voces críticas de la talla de Carlos Areán, Celestino Celso Hdez., Olga Darias, Fernando G. Delgado, Francesc Galí, Daniel Giralt-Miracle, José Hierro, José Otero, Julio Trenas o Eduardo Westerdahkl, entre otros, han escrito sobre su obra, y han alentado la fortuna crítica de la trayectoria esculto pictórica de Maribel Nazco.
Recientemente se ha creado la Fundación Canaria Maribel Nazco. En la actualidad la artista continúa experimentando con nuevas series pictóricas presididas por el denominado Jardín de los desechos.