En su obra, como señala la crítica Elke Buhr, hay una mezcla de política y belleza.
Alona Harpaz (1971) nació en Tel Aviv, Israel. Actualmente vive y trabaja en Berlín. Estudió en la Academia Bezalel de Arte y Diseño de Jerusalén y en el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York. Con su icónica paleta, Alona mezcla y yuxtapone colores puros de forma profusa y sin restricciones, llenando sus obras de vibrantes gestos de sensualidad y fuerza. En su obra, como señala la crítica Elke Buhr, hay una mezcla de política y belleza. En uno de sus autorretratos, "Frequency Watchers", se pinta encima de una moto en alusión a los Riot Grrrl, y por supuesto, a la banda Bikini Kill, que mezclaba punk, feminismo y pintalabios rosa de forma insólita. Según el artista: "las pinturas perfectamente bellas pueden ser terribles". Los colores existen por derecho propio, como puntos abstractos, formas orgánicas o garabatos sin un propósito particular. También pueden señalar cosas que reconocemos. La combinación de política y belleza en su obra es, en cierto modo, un reflejo de su familia: su padre nació en un Kibbutz y su madre rumana era bailarina de ballet. Como escribió Richard Prince en la revista ArtReview, su "pintura... es una mezcla de Matisse con Sigmar Polke y punk. Quizás incluso con Kippenberger..."
Su obras se puede ver en la Colección del Museo de Israel, la Colección Richard Prince, la Colección Anita & Poju Zabludowicz, la Colección Wendy Fisher, la Colección Barbara Gladstone, la Colección Chadra, la Colección Michael L. Hittleman y la Colección Sami & Anette Bollag.